Vaya, Reixach, al fin nos ponemos de acuerdo. Debo agradecerte, que a partir de tu incansable pugna con el tema de los bereberes, se me hubiesen despejado gran cantidad de dudas y cuestiones.
Iré por pasos, porque da para mucho.
He estado investigando sobre el tema ese de los bereberes- La verdad es que me sorprendió mucho lo encontrado en mis pesquisas, y lo curioso, aun me queda mucho más claro que la denominada lengua celta, en su variante occidental, (fuese franca, koiné o dialecto o lo que fuese) se hubiese forjado en la Peninsula Ibérica y no como consecuencia de las llegada de gentes centro-europeas (que los estudios genéticos habrían detectado).
Por otra parte, he estado investigando ciertos aspectos de la mutación Y-ADN SRY2627+ (aka R1b3f, R1b1c6, R1b1b2a1b3), divergencia con el vasco ocurrida hace aproximadamente 3500 años, siendo probable que la mayor parte de la mitad oriental de la Peninsula Ibérica no fue originariamente hablante de esa lengua que llamamos celta.
1) Empezaré por la primera cuestión y el por qué con su relación con los celtas.
Cuando se habla de componente norte-africano o bereber se tiende a interpretarlo, desgraciadamente, de manera despectiva, racista o a usarse como modo peyorativo, al intentarse igualar con el mundo muslim. Así lo he comprobado en muchos foros y blogs, tanto peninsulares como extranjeros. Sin embargo nada mas lejos de la realidad:
Estructura genética de Taforalt (Marruecos): Población exhumada en depósito arqueológico: antigüedad 14.000 años:
Eurasiatic Component: H, U, JT, V = 90.5%,
North African component: U6 = 9.5 %
KÉFI R., STEVANOVITCH A., BOUZAID E., BÉRAUD-COLOMB E.:
"Diversité mitochondriale de la population de taforalt (12.000 ans bp - maroc): une approche génétique a l'étude du peuplement de l'afrique du nord", 2005).
El clan E-M81+ es en realidad un grupo Eurasiático, llegado al Norte de Africa hace 30.000 años con continuidad genética en esta zona hasta su encarnizada lucha contra los musulmanes en el s. VII d.C.. Es decir, un pueblo de tipo paleoeuropeo, con tronco racial caucasoide.
También es curioso destacar que zonas penínsulares como Portugal, Levante y Sicilia (donde también hay un cierto porcentaje de E-M81+), parecen estar relacionados con cierto comercio paleolítico marítimo mediterráneo (presencia de cerámica cardial al norte de Africa), la pesca en altura era una actividad típica de los bereberes (y muy representado en los mosaicos de época romana y que, curiosamente, es una actividad que caracteriza a los pueblos hispánicos donde se distingue el clan E-M81+, siempre asentados en zonas costeras ibéricas) y, especialmente, la existencia de posibles intercambios de matrimonios, puesto que al norte de Africa se detecta una presencia fuerte de haplogrupos mitocondriales (de la línea femenina) que provienen de Europa, y específicamente de Iberia, p.e. H1, H3 (cf. Cherni et al.,2008; Ennaffaa et al., 2009).
Algunas imagenes de los bereberes en mosaicos de época romana del antiguo reino de Libia (caracterizados por tener el caballo claro):
Algo que siempre se ha visto, pero que en lingüística siempre se había dejado como una simple mención anecdótica, es la relación de todas las lenguas celtas atlánticas con el VASCO y con el BEREBER (lengua afroasiática muy influenciada actualmente por el semita). Así A. Tovar (1979):
“Estas inscripciones (lusitanas) nos permiten ver el paso de una lengua indoeuropea antigua, con orden de palabras bastante coherente, del tipo III de Greenberg, a una lengua de tipo occidental, en las que cabría pensar una fuerte influencia del tipo I, y que es el bereber de Africa del Norte”. además de destacar una relación igualmente muy estrecha con la lengua vasca, igualmente lengua de tipo I.
Está singularidad lingüística propició que en sus inicios las lenguas célticas no fueran clasificadas como pertenecientes a la familia indoeuropea, en las que el sistema numeral podría ser descendiente del vasco o del bereber o la pluralidad de los plurales del irlandés y bretón ser específicamente bereber, y otros supuestos fonéticos como la conversión del fonema indoeuropeo
bh en
f como en irlandés y en ejemplos del celta occidental hispánico.
Sin saber hasta que punto pudieron afectar las influencias y relaciones consecuentes de las lenguas protobereberes sobre las lenguas protovascas habladas inicialmente en toda la Pen. Ibérica y el occidente europeo, la ligación genética observada en el norte y occidente peninsular me hace pensar que si tuvo que haberla.
2) Es sabido que el Y-ADN SRY2627+ (aka R1b3f, R1b1c6, R1b1b2a1b3) "is not Celt" y que más bien podamos suponer que distingue a los iberos. Los porcentajes son 23% Cataluña, 18% Pirineos centrales, > 15% Aragón (50 personas), 10% Pais Vasco,7% Cantabria y Castilla-La Mancha, > 5% Rioja/Burgos (50 personas) frente al 2% Galicia, 2% Castilla-León, 2% Asturias, 2% Extremadura, 2% Alentejo, 3% Beturia, (el 5% del Norte de Portugal parece deberse a la llegada masiva de inmigrantes celtiberos, especialmente Clunienses, detectado tanto en las firmas alfareras, dedicaciónes religiosas e inscripciones funerarias).
Esta oposición genética curiosamente coincide con el área de mayor concentración de topónimos *-briga, *-bri(g)s, los cuales se diluyen hasta su desparición cuanto más al Este, más al sur y más al Norte.
El marcador 49f es el que trasmite el lenguaje generación tras generación y señala que la mutación SRY2627+ y la divergencia entre lengua vasca e ibera debió finalizar hace aprox. 3500 años (con lo que la tesis no vasquista del ibero no tiene una solución fácilmente explicable), siendo especialmente notable este hecho en Cataluña.
Los porcentajes elevados de SRY2627+ es observable igualmente en Gascuña, Aquitania (prolongación vascoide hacia el Norte) y Occitania. Estas lenguas se siguieron hablando en estas zonas hasta época romana, salvo en la mitad norte de Aquitania, que gradualmente fue celtizada.
Si nos fijamos, la barrera lingüística y su extensión geográfica es lo suficientemente amplia como para suponer que el proceso de celtización peninsular nunca podría haberse iniciado a través del Norte Peninsular, como se acepta tradicionalmente), sea por las tradicionalmente llamadas culturas arqueológicas ürnenfelder o por las hallstátticas, ya que en esta amplia zona geográfica de mayor presencia de Y-ADN SRY2627+ (aka R1b3f, R1b1c6, R1b1b2a1b3) se registra un porcentaje mínima de recuento toponímico que pueda considerarse céltico (y el que se atestigua es muy reciente, de origen galo, siglo I a.C.), haciéndose evidente que la expansión del indoeuropeo en occidente europeo fue a costa de la retracción de las lenguas bascoides preexistentes (Barbujani et al. 1994; Menozzi et al. 1978; Renfrew 1989; Wiik 2007).
Establecidos estes elementos de juicio, se puede suponer, de acuerdo con Renfrew y S. Oppenheimer, que el camino seguido polos colonos anatólicos del neolítico fue a través del Mediterraneo, llegando a la costa levantina desde Ibiza, para rápidamente establecerse, en el Occidente, en Extremadura y el Alentejo portugués, donde se registran las cronologías más altas de la cultura megalítica.
Feliz año a todos.